MARIA MAGDALENA Y EL SANTO GRIAL

CUATRO MARíAS EVANGÉLICAS: ¿son todas María Magdalena?


Lo cierto es que todavía hay dudas entre los eruditos en cuanto a la autenticidad de María Magdalena y si este personaje no es, realmente, otras Marías importantes en la vida del Maestro nazareno. 


María Magdalena y el Grial
En los Evangelios canónicos aparecen cuatro mujeres que, para algunos, han sido identificadas individualmente y entre sí con el personaje al que el cristianismo venera como María Magdalena.
 
La primera es la propia María de Magdala, de la cual se dice que Jesús echó siete demonios (Mc. 14, 9; Lc. 8), que le seguía junto con otras mujeres y le asistía con sus riquezas (Lc. 8, 1-3), que estuvo al pie de la cruz (Mt. 27, 55-56; Mc. 15, 40; Jn. 19, 25), que asistió al entierro del Señor (Mt. 27, 61; Mc. 15, 47; Lc. 23, 55) y que acudió con otras dos al sepulcro la mañana de Pascua, apareciéndosele el Maestro, cuya resurrección anunció a los discípulos (Mc. 16, 9-11; Lc. 24, 1-10; Jn. 20, 11-18)

La segunda sería María de Betania, hermana de Lázaro y Marta (Lc. 10, 38-42; Jn. 11, 1-45), que ungió a Jesús durante una cena en Betania, en casa de Simón el Leproso: en la cabeza según unos (Mt. 26, 6-13; Mc. 14, 3-9) y en los pies según otro (Jn. 12, 1-8) Esto no es baladí porque se podría tratar de dos unguimientos distintos y con diferentes objetivos.

La tercera sería la pecadora arrepentida que ungió los pies de Jesús en casa de un fariseo (Lc. 7, 36-50)

Por último tendríamos a la mujer adúltera, llevada por los escribas y fariseos, con intención de apedrearla, a Jesús, mientras predicaba en el Templo, y que la perdona (Jn. 8, 1-11)

Como sabemos el cristianismo primitivo se dividió en dos. La Iglesia de Oriente siempre ha considerado a las tres primeras como personajes bien distintos. Sin embargo, en la Iglesia latina, se tendió ya desde san Jerónimo a tenerlas por una misma y única mujer, lo cual quedó establecido por el papa Gregorio Magno; quien aseguró que María de Magdala y María de Betania eran la misma persona.

La hipótesis de igualar a la mujer adúltera con María Magdalena no tiene más sustento que el objetivo de los primeros padres de ocultar la importancia evangélica de la Apostol Apostolorum, tachándola de pecadora, aunque arrepentida, porque en realidad, para los primeros cristianos, conocedores de l historia real, María Magdalena no sólo no fue pecadora en el sentido de la carne, tal y como propone la hipótesis, sino que fue el discípulo más amado por el Maestro Jesús; su más íntimo colaborador y acompañante. Quizá esta es la idea que pretendían ocultar, el amor total y absoluto de Jesús y María, también en el plano más físico y hermoso.

Pero ante este laberinto historiográfico, llega la La beata Ana Catalina Emmerich, famosa vidente del siglo XIX, he introduce una novedad al mencionar en sus visiones, que fueron transcritas por el poeta Clemente Brentano, una tercera hermana de la familia de Lázaro en Betania: María la Silenciosa, homónima de su hermana María de Betania/la Magdalena aunque opuesta en carácter y costumbres, tratándose de una muchacha discreta (hasta ser considerada tonta por la gente) y amante de la soledad y de la vida retirada. A ella se habría referido Jesús y no a la otra María al decirle a Marta que su hermana había elegido la mejor parte. Lo cierto es que no hay más datos en otros documentos, canónicos o no, sobre este personaje, de forma que debemos dejarlo en el círculo de la propia mente mística de esta santa, clarividente y estigmatizada.

Pero, ante todo, María Magdalena/de Betania, fue la compañera de Jesús y la depositaria del Secreto Mesiánico, primera apóstol, y referente universal del Principio femenino en su desposorio y amor sagrado por el maestro Jesús.  

 

MARÍA MAGDALENA siempre maltratada


María Magdalena es, sin duda, el personaje más importante en el Evangelio, después del propio Jesucristo. Por ello, quizá, los propios cristianos desconocen su figura, su importancia, su relevancia en el cristianismo primitivo, en el cristianismo actual y en el devenir del Principio femenino como equilibrador de un Sistema patriarcal que ha llevado al Planeta prácticamente a la destrucción.


Cartel de la película
Es una triste realidad que la mayoría de los cristianos continúan pensando que María de Magdala era una prostituta arrepentida a la que Jesucristo perdonó. Muchos también creen que fue la mujer a la que salvó el Maestro de Galilea de ser lapidada por adúltera. Para casi todos era una mujer con un pasado vergonzoso conocedora de muchos varones... Es decir, María Magdalena es la encarnación del pecado de la lujuria y de la prostitución. 

Pero lo cierto es que los cuatro evangelios canónicos nos dejan claro al personaje histórico, y eso que los primeros escribas cristianos y los Padres se dedicaron a intentar reducir la importancia y la impronta de María Magdalena en la naciente Iglesia; pero, claro está, no lo consiguieron absolutamente, por lo que crearon a su alrededor una aureola de prostituta, adúltera, pecadora de la carne... E hicieron bien su trabajo porque la mentira, el engaño dura hasta hoy día. Aunque debemos decir también que hace muchos años que la Iglesia romana pidió perdón y le puso en el lugar del que jamás debió apartarse: la Apóstol de los apóstoles; la Primera de los Apóstoles.

Los personajes de Tauro y Poncio Pilatos
Una nueva triste experiencia. Ayer vi la película L'inchiesta, que se tradujo en España como Una historia que comenzó hace 2000 años, dirigida por Damiano Damiani en el año 1986. 

Se trata de una historia ambientada en los años posteriores a la Resurrección del maestro Jesús. Cuando llega a oídos del emperador Tiberio rumores sobre este posible hecho sobrenatural, envía a la provincia romana de Judea al general Tauro, cuya misión será investigar qué fue del cuerpo del Nazareno. 

Históricamente no está demasiado mal ambientada, la puesta en escena es correcta, pero como es demasiado frecuente, exponen al personaje histórico de María Magdalena como una ex prostituta, que fue la primera en ver el cuerpo de su Maestro resucitado (esto es cierto) pero la tachan de mujer nefanda. Y además, se permiten la licencia de poner a María de Magdala (como la llaman) en una aldea-leprosería cuidando enfermos...

La película basa el argumento principal en la búsqueda de María Magdalena por el general Tauro, pero, de nuevo la historiografía del personaje evangélico más importante después de Jesús, es tratada erróneamente y, además, calumniosamente... Y curiosamente la expusieron en la cadena de la Conferencia Episcopal... Triste.


MARÍA MAGDALENA el arquetipo femenino

María Magdalena por Rubens

María Magdalena es el personaje peor tratado de los evangelios por la propia Iglesia católica. Los motivos no son claros, pero el más posible es que se deba a la propia importancia que el discípulo al que Jesús amaba más especialmente, tendría en el cristianismo primitivo. 

Lo cierto es que, aunque de forma sibilina, los datos están a la vista de todos, pero la jerarquía eclesial, absolutamente patriarcal, que hasta el Concilio Vaticano II (y más concretamente hasta el pontificado de Juan Pablo II) se ha preocupado por mantenerlos escondidos de las miradas de los fieles, tratando a María Magdalena como una prostituta arrepentida, o una adultera a la que Jesús salvó de ser lapidada, etc... Es decir, que para la gran mayoría de los cristianos y, por extensión, de todo el mundo, María Magdalena fue una persona pecadora, abyecta, a la que el Maestro Jesús salvó, perdonó y reconcilió con el cristianismo.

Pero María Magdalena no es así, y lo exponen los propios evangelios. Era una persona que amaba a Jesús y Éste hacia lo propio; fue su primer y más importante apostol (aunque a Pedro le escogió primero, María Magdalena fue, realmente, la elegida para salvaguardar el Secreto Mesiánico (junto a Santiago, hermano de Jesús, Pedro y, quizá, Juan); fue la persona que acompañó al Maestro de Galilea en los más transcendentales e duros momentos; y fue su más importante acompañante, podríamos decir que íntima acompañante, sin que ello nos ruborice, ya que el Amor que irradiaba Jesús era de la más absoluta pureza, y como Dios encarnado, no podía errar en sus elecciones, y menos en las más íntimas, sensibles, emocionalmente importantes.

María Magdalena es, para nosotros, los que seguimos su legado, muchas formas de ejemplaridad. Una de ellas sería la sanadora, como mujer, esposa, madre y depositaria de la energía femenina universal.

Si Jesucristo fue/era el Hombre perfecto, en todas sus consecuencias y realidades (también en lo femenino) en nuestro mundo, dual siempre, de equilibrio divino, tenía que tener una forma de polaridad inversa que mantuviera el orden (no nos referimos de la herejía gnóstica que nos refiere la dualidad bien y mal)  en lo físico. Por ello, Jesús era todo: la sanación holística y total, pero en cuanto a la sanación más física, más terrenal, habría que buscar a quien es depositaria/o de la Sanación: la mujer antropológicamente, la figura social que siempre a guardado el fuego y el hogar, ha sanado a la tribu, ha sido consejera y sabia, ha sido la encargada de bendecir y la depositaria del don de la comunicación con el Astral y las deidades. 

Por todo ello, María Magdalena, una vez fue sanada por Jesucristo y Éste le otorgo la Luz que sólo irradia luz, fue consagrada por el Maestro como depositaria del arquetipo femenino sanador, teniendo como misión principal mantener esta línea intemporal de feminidad que es, realmente, la sanadora del Planeta; y que está impresa en toda mujer (también en todo hombre) de forma latente. Y por ello, el Patriarcado, social y eclesial que aún gobierna esta sociedad, ha pretendido mantener a María Magdalena oculta de las miradas y de los corazones que sólo buscan la verdad.

 

MARÍA MAGDALENA: apóstol de los apóstoles

Sabemos que María Magdalena es el personaje más importante de los Evangelios después del Maestro Jesús, tanto de los oficiales sinópticos como de los evangelios apócrifos. 

En efecto, además del célebre Evangelio de María Magdalena (del que nos ocuparemos en próximas entradas) en otros evangelios apócrifos de importancia (no todos tienen el mismo nivel de credibilidad) también aparece María Magdalena como el discípulo más cercano, el más querido por Jesucristo; lo que la llevo a tener que abandonar el grupo de apóstoles debido a las envidias y suspicacias de sus hermanos crísticos, principalmente de Simón.

Curiosamente, la Iglesia romana ha mantenido una posición hipócrita y falsaria en cuanto a la mujer más importante para el Maestro de Galilea. Por un lado la menospreció y apartó del culto, de la veneración que todos los seguidores de Jesús la tenían en vida del Maestro. Y después, cuando ella tuvo que huir de Judea a Francia para salvar la vida, se la fue olvidando entre las mitras oficiales; no así entre el naciente pueblo cristiano que siempre la manifestó su amor y veneración. De hecho, la Iglesia se inventó el cuento de que era una prostituta (creencia que aún se mantiene en la actualidad) simplemente para menospreciar su figura, su importancia en el Cristianismo primitivo y, sobre todo, para ocultar que el propio Jesús la eligió como su principal apóstol, seguidor y uno de los cuatro depositarios del Secreto Mesiánico. Pero por otro lado, la misma Iglesia, la ha tenido siempre como la Apóstol de los apóstoles (Iglesia romana) y como el Primero de los Apóstoles (Iglesia oriental)

Es decir, mientras que al Pueblo le explicaba que era una mujer pública (prostituta) de la que Jesús había sacado siete demonios y la había perdonado su anterior vida disoluta (en esta tesis se mezclan varias cosas y varios personajes) En el propio seno eclesial se la mantuvo el nivel que se merecía, la primera de los Apóstoles. Claro que, reconocer publica y de forma general este hecho, este título, ponía en solfa la importancia del mismísimo Pedro, el considerado (erróneamente) primer Papa de la Iglesia católica.

 

EL ENIGMA DEL GRIAL: un misterio que permanece

La historiografía de María Magdalena es tan enigmática como curiosa encontramos la forma de tratarla a través de estos dos mil años tanto por la Iglesia cristiana como por los historiadores.

Aparece en los evangelios como una mujer que acompaña al Maestro Jesús atendiéndole; es decir, que era una mujer de cierta riqueza que decidió dejarlo todo y dedicarse a seguir al Maestro.

Pero aquí comienza el primer paso del enigma, porque no dice nada de su origen ni de su estado civil, sólo sabemos que debía ser extranjera y viuda, porque en aquellos tiempos, una mujer soltera tenía nulas posibilidades de libertad. A no ser que, ya el comienzo sea un engaño.

Lo más probable es que María no sea una extranjera, sino una mujer judía, amiga y muy cercana a Jesús, del grupo de Betania y, eso si, con posibilidades económicas, porque de hecho, hay otra María que responde a esas pistas: María de Betania, hermana de Lázaro y de Marta, amigos del Maestro Jesús y depositarios de algunos de los más importantes secretos y decisiones de Jesucristo.

De hecho, aunque para muchos magdalena se corresponde con una aldea galilea, Magdala, lo cierto es que en el caso de nuestra venerada María, se trata de un título, de una forma de expresar su condición de maestra y esposa del Maestro Jesus: Magdal-eder, la torre del rebaño, la hija de Sión que deberá cuidar del rebaño hasta que de nuevo acceda el rey... 


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